El segundo de cuatro. El día dos del masivo Download Festival lo iniciamos más preparados, además nos coronamos como los reyes del timing, conforme llegábamos a una fila de autobús, la línea avanzaba; pasó lo mismo con las bebidas y comidas que, por cierto, tuvieron una gran variedad al interior del recinto. Para esta segunda ronda yo tenía muy claro que me perdería a dos de mis grandes favoritas: Within Temptation y Evanescence, y es que en medio de ambos números tocaría Ville Valo, una de las razones más fuertes para mí en este cartel.
Antes, nos encontramos con una gran revelación; una de las joyas de los festivales es poder descubrir nuevos sonidos, nuevas propuestas, conocer hacia dónde se mueve la música hoy. Nos pasó con Hot Milk, estos originarios de UK son una explosión total, una pareja de enérgicos guitarristas que además cantan y que se conocieron hace un tiempo por Tinder e hicieron prosperar su sonido más allá de su relación sentimental, su estilo es electrizante, van del punk al hardcore pasando por un power pop violento, un sonido encantadoramente sucio. Y la cantante tiene una actitud impresionante. La revelación que se convierte en recomendación, pues. Échenles una oída.
El Download montó dos grandes escenarios al aire libre, Apex Stage y Opus Stage, donde se presentaron bandas de quienes se esperaban audiencias enormes, pero además, hubo otros escenarios techados que sirvieron para shows de artistas que se reunieron de forma más íntima con sus públicos. Fue el caso del Avalanche Stage.

Este espacio se convirtió en mi propia carpa desde temprana hora, el cambio de público entre una y otra banda me permitió acercarme pacientemente a la barricada. Así, pude ver el show de The Blackout, una banda de post-hardcore que hizo formalmente su reaparición en este festival; los cientos de seguidores presentes no podían ocultar su felicidad por el regreso de sus favoritos, la atmósfera era amorosa, se respiraba el cariño de un reencuentro entre amigos.
Tras la breve participación de la agrupación canadiense Pup, llegó el momento más esperado para mí. Para ese entonces yo ya estaba en valla pensando en lo sorprendente que me resultaba ver a Ville Valo en un festival sin sabor a festival.
Por fortuna, la luz solar se quedó fuera de la carpa y para cuando arrancaba el concierto, el Villegrama lucía esplendoroso con su brillo neón. La presentación del finlandés fue la estelar de la noche para The Avalanche Stage, comenzó en punto de las 19:50 horas con la instrumental Zener Solitaire, seguida de la rítmica Echolocate Your Love y de una bastante bien recibida The Funeral of Hearts, el setlist fue más breve conforme a las condiciones de un festival, se tuvo que ajustar a una hora, dejando fuera clásicos como When Love and Death Embrace y singles de su último disco como Loveletting.
La audiencia dejó ver su inclinación hacia los clásicos de HIM como Right Here In My Arms, Buried Alive By Love y por supuesto, Join Me; sin embargo, es visiblemente notorio que el material solista de este compositor se ha ganado no solo el respeto sino los pasos de baile de aquellos que presumen tener los corazones más oscuros; y es que piezas como The Foreverlost o Neon Noir convirtieron la pista en un antro de murciélagos que levantaron el pasto con sus saltos rítmicos.
Las 14 canciones del set lucieron sonoramente espectaculares, Ville Valo acompañado de Juho en el bajo, Mikko y Sampo en las guitarras y Risto en la batería, conquistaron su propio espacio en el Download; en ese rincón del Donington Park se creó una oscuridad que desafiaba a los rayos del sol en el exterior, la dualidad, el sello del imponente pero encantadoramente sonriente Ville Valo se impuso para reclamar su trono, un trono que siempre le ha pertenecido.
Tras sonar la última canción de Ville en el Avalanche Stage, emprendimos la carrera hacia el escenario Opus, esperando alcanzar algo de lo que todavía nos pudiera regalar Evanescence. Afortunadamente llegamos al encore que contempló un mix de Haunted / My Last Breath / Cloud Nine / Everybody’s Fool / Weight of the World y Whisper, de todas una probadita para hacer una mega canción que sacó los gritos de nostalgia más emotivos.
Amy Lee y sus compañeros de banda dieron la bienvenida a la noche con Use My Voice y un claro mensaje a no quedarse callados ante las injusticias y luchar siempre por tus convicciones, tras esta canción, el piano de cola de Amy se colocó en un costado del escenario para dar pie a My Immortal, ¡lo hermoso que fue escuchar el sentido coro interpretado por decenas de miles de personas!
Y por supuesto, el cierre con Bring Me to Life, un cierre que dejó asentado por qué a 20 años del disco Fallen, Evanescence sigue siendo una banda capaz de rompernos y recomponernos.
A estas alturas del festival yo me sentía plena. Caminamos hasta la parte de atrás de la pista principal, entre más nos alejábamos, más apreciábamos la magnitud de este evento. Visto desde lo más lejano, la producción era apabullante y si a eso agregamos el show de cierre de esa noche, hay que decir que fue la mejor elección vibrar desde la lejanía llenándonos los ojos con las impresionantes proyecciones, pirotecnia y machacante sonido que ofreció Bring Me The Horizon.
BMTH nos introdujo en una narrativa visual y sonora compleja y delirante, en las múltiples pantallas contaban una historia donde conjugaron personajes de ciencia ficción, tecnología rebelándose contra sus creadores y cultos extraños que tenían a todos atentos para de pronto, estallar entre una y otra canción.
La escenografía aún en la distancia se apreciaba avasallante, toda una construcción en varios niveles, fuego lanzado desde todos los ángulos, animaciones brillantes y dinámicas, todo ello con el estruendo de un catálogo de canciones entre las que escuchamos Teardrop, Parasite Eve, Kingslayer, Drown, DiE4u y Can You Feel My Heart.
Entre las sorpresas del espectáculo destacó cuando llamaron al escenario a Amy Lee para cantar con ellos Nihilist Blues y One Day The Only Butterflies Left Will Be In Your Chest As You March Towards Your Death.
Un show que dejó impacto y me atrevo a decir, más ruidoso que el de Metallica, es más, me atrevo a culpar a BMTH de las fallas de audio en este escenario para los consecuentes días del festival.


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