El festival de rock y metal más grande de UK cumplió 20 años, Download Festival reunió a alrededor de un centenar de bandas para ofrecer cuatro días intensos de música ruidosa a más de 100 mil asistentes.

Se trató de mi primera vez en este monstruo de los festivales de verano, llegar al Donington Park de Leicestershire fue el arranque de la aventura, las bases de autobuses con dirección al recinto lucían filas nutridas desde temprana hora, todos con atuendos destacables, desde las medias de red, leggins de vinil y el maquillaje gótico, hasta las clásicas botargas de personajes jurásicos o dibujos animados. Por supuesto, fuimos más los simplones que optamos por la comodidad de una playera negra con la imagen de la banda favorita.

Pisar el suelo del circuito nos tomó más de dos horas, el tránsito estaba saturado pero no perdimos el ánimo, miramos el reloj cada dos minutos esperando llegar a tiempo para Jinjer. Y lo hicimos. El escenario principal, el Apex Stage, nos recibió con los primeros riffs de los originarios de Ucrania, la escenografía fue simple pero contundente: un gigantesco símbolo de la paz en los colores de su bandera les respaldó mientras ejecutaron un setlist de 40 minutos; breve, sí, pero catártico; la voz de Tatiana Shmailyuk fue desafiante, fuerte y agresiva en contraste con lo cadencioso de sus movimientos al bailar y las amplias sonrisas y guiños que regalaba al público.

Nos dio tiempo exacto de comprar un par de cervezas, las filas igual, largas, pero la atención eficiente hizo que todo avanzara con un timing casi increíble. Permanecimos en ese escenario para disfrutar de Halestorm quienes no dudaron en arrancar el set con la coreadísima I Miss The Misery y la bailable Love Bites (So Do I), la guitarrista y vocalista Lzzy Hale, nos demostró una vez más que es portadora de un par de pulmones privilegiados y que pocos podrían igualarse a su nivel para cantar, pero ademas, nos confirmó que es una entertainer íntegra que, en mancuerna con su hermano Arejay (batería), hicieron de su presentación algo divertidísimo que dejó la energía a tope en un cielo todavía azul y abierto.

El escenario protagonista estuvo montado desde el inicio con una pasarela circular de color amarillo que vaticinaba la presencia de los grandes headliners de la noche: Metallica, pero antes, tuvimos en la misma tarima a otros gigantes: Alter Bridge. Y es que aunque Myles Kennedy permaneció casi en el mismo sitio a lo largo del set, en el pit comenzaron a mostrarse tímidos intentos de slam provocados por el poderío de las cuerdas que el guitarrista Tremonti marcaba. El público se entregó por completo con Isolation, en un coro al unísono que causaba escalofríos colectivos, sin embargo, fue Blackbird la pieza que marcó el momento más emotivo del repertorio, un repertorio digno de una banda de ese tamaño, una banda con la tarea de calentar el escenario para los más esperados de la jornada.

Así, llegó el primero de los dos shows de Metallica para este fin de semana en Donington Park. Las notas de la icónica It’s A Long Way To The Top (If You Wanna Rock’N’Roll) de AC/DC se escucharon mientras una selección de fotografías de fans eran proyectadas en las tres principales pantallas del escenario, además de en las múltiples pantallas cilíndricas colocadas en inmensas torres a lo ancho de la arena.

Un setlist de 16 canciones se extendió por casi dos horas, la majestuosidad del sonido hizo retumbar los tímpanos no sólo de los más de 100 mil reunidos sino de los residentes de la ciudad, quienes presentaron quejas a la Policía, de acuerdo con la información de los medios locales.

Pero nada de eso sabíamos entonces, estábamos inmersos en el ruido que sacudía hasta lo más profundo de nuestros órganos internos, llenos de polvo ante luces e imágenes potentes en rojo y amarillo y con la piel erizada ante la espectaculidad de un show que, personalmente, no esperaba disfrutar así.

Creeping Death, Harvester Of Sorrow, Leper Messiah y King Nothing abrieron el set entre saludos de James Hetfield, quien con su elegante atuendo de jeans negros y chamarra de piel lucía en total forma y con una modestía en los gestos que, sin duda, le han dado los años. Lars Ulrich, Kirk Hammett y Rob Trujillo ejecutaron a la perfección sus papeles. Para cuando sonó Lux Æterna, el público se debatía ya entre decenas de moshpits, la agresividad parecía hermandad, no se equivocó Hetfield al llamar «familia» a sus fans.

Esta primera entrega del fin de semana incluyó varios cortes de su último álbum, canciones que fueron medianamente seguidas pero decentemente recibidas. Sin duda, son los himnos de la banda (que no so pocos) la gasolina de sus shows: Nothing Else Matters, Fuel, Seek & Destroy y Masters Of Puppets cerraron una noche que dejó claro porqué Metallica es lo que es.

Evacuar la zona fue lo más complicado de nuestro primer día. Como novatos que fuimos, salimos siguiendo a una multitud que se dirigía al estacionamiento y no a la zona de buses, así que caminamos más de 45 minutos ya en el exterior del circuito, en una carretera solitaria, sin luces más que la de los automóviles que venían en contrasentido nuestro, sin personal que nos supiera dirigir hacia el punto correcto, finalmente, en algún punto de la madrugada vimos a humanos esperando en un sitio. Nos unimos en una larga víspera para regresar al hotel, en donde descansamos lo necesario para vivir un segundo y maravilloso día del Download Festival.

Te dejamos el after movie oficial del primer día de este festival en el que otros grandes nombres adornaron su cartel:

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