Lo que corre por las venas de Tatiana Shmaylyuk es talento puro, un talento que no teme mutar de la cadencia a la rabia… y de la rabia a la cadencia, todas las veces que sea necesario.
Por supuesto que no se puede subestimar a sus compañeros de banda, pero es imposible imaginar a Jinjer sin el liderazgo escénico de esa mujer que no rebasa los 165 centímetros de estatura, pero que es altísima en todos los sentidos.
La noche del domingo 25 de septiembre, la agrupación proveniente de Ucrania congregó a una nutrida audiencia en la Carpa Velódromo de la Ciudad de México para ofrecer un concierto orquestado por la promotora Zepeda Bros que incluyó como teloneros a S7N, Monde y Anima Tempo.
La que se adivinaba como una cansada víspera resultó realmente relajada, y es que la logística entre número y número no mermó en el ánimo de los asistentes quienes apoyaron a las bandas soporte y recibieron en punto de las 20:30 a Jinjer, la agrupación estelar.
El show de estos dignos representantes del metal moderno fue también ágil, 15 canciones de su setlist sumaron una hora 20 minutos de espectáculo, un espectáculo que incluyó algunos saludos y agradecimientos al público mexicano, además de una escueta mención a la guerra que se libra en Ucrania con un llamado a la paz que se vio acompañado por un gesto solidario de puños en alto.
De hecho, la iluminación resaltó los colores amarillo y azul de la bandera de su país y un blanco frecuente que permitía resaltar la silueta de Tatiana en sus potentes y versátiles interpretaciones.
A pesar de otorgarnos un concierto 100 por ciento mosheable, el público parecía empecinado en no perder su sitio y aferrarse al lugar que celosamente guardaban para observar la ejecución de los músicos, quienes ofrecieron una experiencia sonora en una carpa adecuada en todos los aspectos técnicos para no fallar.
La audiencia levantó sus celulares varias veces para inmortalizar en sus dispositivos las canciones favoritas, fue Pisces, sin duda, una de las más grabadas y coreadas; hubo quien lanzó un muñeco con cuernos y otros obsequios que llovieron a la tarima y que fueron cariñosamente colocados como compañeros del show.
No hicieron falta muchas palabras, Jinjer dialogó con el público en un lenguaje que fue de los guturales a los armónicos cleans y de los acordes precisos a los siempre virtuosos y agresivos ritmos que marcan con su bajo y batería.
Tatiana, por supuesto, cautivó con su capacidad vocal y su imponente deselvoltura de un lado al otro de su escenario; el atuendo que eligió fueron unos pantalones cargo en negro y un croptop del mismo color, así como unas trenzas elevadas en una bien colocada cola de caballo que hicieron juego con sus tirantes, todo funcionando a la perfección a la hora patear el aire o headbanguear arrasadoramente.
Exitoso pues e impecable el regreso de Jinjer a México. Si te lo perdiste, creénos, Jinjer en vivo es una experiencia que debes pensarlo dos veces antes de dejarla pasar.
El Setlist










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