Texto y fotos por Karina Coss
Three, two, one, zero…
El conteo regresivo encendió las gargantas de los más de 3 mil asistentes reunidos la noche del domingo 21 de noviembre en el recién inaugurado 713 Music Hall del centro de Houston.
Amy Lee emergió de las profundidades de un escenario montado con luces que formaban triángulos en tonalidades moradas, rojas y azules. Broken Pieces Shine fue la acertada elección para abrir un setlist de 20 canciones que recorrió, durante hora y media, la trayectoria de Evanescence.
“Ohhhh, survival hurts”
Este verso que forma parte de The Bitter Truth, su último álbum de estudio, reitera una y otra vez, un casi doloroso alivio que el público coreó rayando en la felicidad catártica, y es que Evanescence sabe de resiliencia, conoce lo que es tomarse el tiempo necesario para ir y volver entre un disco y otro y sobrevivir, con todo lo que ello conlleva.
The Bitter Truth vio la luz en marzo de este año, pero fue hasta finales del 2021 que la agrupación estadounidense retomó las giras por su país y lo hizo de la mano de Halestorm, con quienes conformaron una mancuerna exquisita. Mención honorífica merecen quienes les acompañaron durante parte de la gira: la banda soporte Plush, un grupo de neoyorkinas veinteañeras que demuestran la poderosa apuesta del rock hecho exclusivamente por mujeres.
Esa noche, fueron más de tres horas de rock interpretado por voces femeninas de los más potentes y variados matices. El plato fuerte, sin duda, fue Amy Lee, quien acompañada de la guitarrista Jen Majura, además de Troy McLawhorn, Tim McCord y Will Hunt, hizo gala de su capacidad para manejar sus cuerdas vocales y lograr el toque exacto que precisan las canciones que escribe y usa para compartir lo que su mente y corazón saben confeccionar.
Ataviada con un vestido negriazul brillante y largas telas doradas que pendían de sus brazos, Lee se desplazaba por su propio océano, como una pez betta capaz de nadar en agua salada.
Made of Stone, Take Cover, The Game is Over y Lose Control conformaron la primera parte del show, donde destacaron también clásicos como Going Under, The Change y Lithium, una de las piezas ejecutadas en el piano de cola que la gente de producción llevaba y traía una y otra vez al escenario.
Fue uno de esos momentos serenos en el que Amy Lee aprovechó para agradecer a sus fans la dedicación, constancia y paciencia que han mostrado durante tantos años. Hubo también un espacio de silencio en el que Lee habló de las pérdidas y la fortuna de poder seguir aquí.
“Muchas personas hemos perdido a alguien recientemente, yo incluida”, dijo al micrófono y pidió a su público no dejarse adormecer ni perder la sensibilidad ante las constantes malas y tristes noticias de nuestros tiempos “no podemos dejar que eso pase, sé que no queremos estar tristes, pero tampoco debemos olvidar que eso nos vuelve humanos, nos mantiene vivos, nos une y nos hace salir adelante juntos”.
Wasted on You, Part of Me, End of a Dream, Far from Heaven, Use My Voice y Better Without You dieron continuidad a un programa que, aún cuando se conformaba en gran medida por canciones de su más reciente disco, fue acompañado en muchos momentos por las voces del público que no dejó de cantar al unísono las nuevas y, claro, los más contundentes éxitos como Sober, My Immortal y, por supuesto, Bring Me to Life.
Una inolvidable parada en este conmovedor viaje por la música de Evanescence fue la inclusión del cover de Heavy de Linkin Park, pieza en la que Lee se dejó acompañar por su piano y la voz de su amiga Lzzy Hale en su versión más dulce.
Frente al escenario y desde los balcones, miles de celulares lucían como estrellas. La mirada azul grisácea de Amy brillaba tanto como su sonrisa, la misma de quien fue hace casi 20 años, una joven de corsets y tutús que sorprendió al mundo con Fallen y que, con altibajos a lo largo de estos últimos lustros, ha vuelto a hacer de la música triste, el lugar feliz de muchos.
La noche cerró con Blind Belief, una composición que desnuda el sitio exacto donde hoy se encuentra parado Evanescence. Un sonido con arrojo, determinación y fe. Un sonido que convence.
Un sonido que sigue siendo un refugio, un impulso, un portal a las memorias. Un refugio, sí, con muchos recuerdos pero también, con muchas promesas.














Setlist:
- Artifact
- Broken Pieces Shine
- Made of Stone
- Take Cover
- Going Under
- The Game Is Over
- Lose Control
- The Change
- Lithium
- Wasted on You
- Part of Me
- End of the Dream
- Far from Heaven
- Interlude(Video)
- Better Without You
- Call Me When You’re Sober
- Imaginary
- Heavy(Linkin Park cover) (with Lzzy Hale)
- Use My Voice
- Bring Me to Life
- My Immortal
- Blind Belief


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