Por Karina Coss

Tras presentarse en Guadalajara y Monterrey, 30 Seconds To Mars llegó al Palacio de los Deportes de la Ciudad de México con la energía y y satisfacción de cumplir su sueño de atiborrar -por primera vez-, un recinto con más de tres mil personas, promedio que habían manejado en sus pasadas visitas a nuestro país.

Transcurría la noche cuando su líder Jared Leto pidió al público defeño que le pusieran un nombre mexicano. Jared presumió que en Guadalajara y Monterrey ya lo habían nombrado Pancho y Jesús, entonces, los más de 10 mil reunidos corearon varios nombres de pila hasta que resultó ganador “Lupe”.

Así, “Lupe Leto”, como se presentó muy animado, siguió corriendo de un lado al otro y visitando de manera frecuente la pasarela colocada al centro, que dejó satisfechos a quienes formados desde temprano, alcanzaron un buen lugar en el concierto.

Hemos de aceptar algo, llenar la pista del Palacio de los Deportes es muy conveniente para la banda que está arriba del escenario y también para los perseverantes que soportan todo tipo de necesidades reprimidas en horas y horas de fila. ¡Ay de quienes por equis o ye razón se nos ocurrió llegar “apenas” tres horas antes de comenzar el show, porque no vimos más que camaritas levantadas y vasos de cerveza paseando de un lado a otro!

Situaciones así son ya un pesar y más cuando ni una pantallita nos regalaron, sin embargo, escuchar el setlist armado para cerrar su gira por México fue un disfrute. El Señor Jared, -al que casi se le cree que hace rituales extraños para lucir como de 20 cuando tiene más de 40-, se lució. Seamos justos, la banda conformada por su hermano Shannon en la batería y el amigable Tomo en la guitarra y teclados, agasajó a sus fans de principio a fin.

Con Night of the Hunter y Search and Destroy dio inicio una cálida noche de coros. Las letras de 30STM tienen la peculiaridad de incluir en todo momento coritos de ésos que sus fans, los llamados Echelon, gozan de pronunciar.

This is War, Conquistador y la liberadora Kings and Queens, levantó sobre los hombros de muchos, a otros tantos que soportaron, con valentía, la lluvia de cerveza (si somos optimistas) que les cayó encima.

Hablando de valientes, una chica subió al escenario y teniendo a Jared enfrente no dejó de pedir (o al menos lo intentó) “algo” para su amiga Mariana que andaba por ahí y que ella trataba de identificar para que el señor Leto le mandara un saludo o algo así. La verdad es que no se entendía mucho y más de 10 mil gargantas comenzaron a abuchearla, valiente ella, decía y seguro que una muy buena amiga.

Llegó Do or Die, City of Angels y una profunda y sentida interpretación de End of All Days. La favorita de muchos, -de quien escribe, por ejemplo-, hizo su aparición en una versión acústica y de bajo impacto, Hurricane que de cualquier manera, no perdió su magia en ningún momento.

Luego de la más cantada de la noche, The Kill, vino el cover de la canción que hiciera famosa Rihanna, Stay, que invitó a todos a ondear sus brazos y dejarlos ahí para saltar enseguida con Closer to the Edge, donde hubo confeti blanco por todos lados y felicidad en cada rostro.

Bright Lights  era la penúltima pero una petición multitudinaria de From Yesterday, convenció a Jared quien la cantó acapella para no dejar a nadie con las ganas. La noche se cerró con Up in the Air y más de 100 personas subidas en el escenario, desde la chica en brassier, la otra con sombrero de algún animal peludo y luminoso, el chico que saltaba como si no hubiera mañana y otros tantos hechos bolita al centro, estirando los brazos, para tocar a su ídolo.

La noche del 24 de enero fue, pues, una noche de color, y no sólo por las pelotas que volaban sobre la audiencia y que parecían hacer alusión a la portada de su último álbum Love, Lust, Faith + Dreams, 30 Seconds to Mars sabe darle color y sonrisas a quienes le siguen con una devoción que parece fluir en ambas direcciones.

Jared, -cuyo talento menor debe ser el lucir muy guapo-, prometió volver con 30 Seconds to Mars a fin de año y dejó asomar sus planes de hacer un concierto en la playa del caribe mexicano… Jared, el multitalentoso Leto que saca suspiros y hace debrayar a jóvenes y no tan jóvenes, a fans de a pie y a una que otra “famosa” a la que se le sale su fangirl de closet, dio muestra del por qué hay personas a las que no se les pueda negar que lo traen, que están hechos.

Sabe lo que hace y lo hace con pleno dominio, mueve masas y es capaz de convencer con un tono dulce de su voz, a miles de personas para que den tres pasos atrás y dejen de aplastarse en la valla.

No le estorban sus perfectas mechas californianas ni su look rockero con playera de Nirvana, se ve bien, pero ante todo, es un buen artista, un artista completo. Bien por 30 Seconds to Mars que, tras la tormenta documentada en su Artifact, por aquella millonaria demanda con su casa discográfica, recupera su camino, paso a paso y de la mano de sus fans, su Echelon. 

Todas las fotos son propiedad de Toni François 

Ve la galería completa en: http://www.tono.tv/fotos-thirty-seconds-to-mars/

 

 

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