Por Karina Coss
Paradójicamente, Loud Like Love (LLL), el séptimo álbum de la banda británica Placebo, atascó las redes sociales con hashtags y menciones que se intensificaron el 16 de este mes cuando, inclusive, se transmitió por YouTube un programa de casi dos horas para anunciar el lanzamiento de ésta, su más reciente placa.
Y digo paradójicamente porque con “Too Many Friends”, su primer corte promocional, abordan -o al menos en el discurso de su video-, el tema de los retos que la era digital representa para la comunicación interpersonal. Cada vez estamos más conectados y cada vez más solos, cada vez somos más gagdets y menos humanos y Brian Molko tuvo ganas de contarnos de eso con confesiones como ésa donde nos cuenta que su computadora se enteró de que es gay, o al menos eso piensa.
Luego de Battle For The Sun, su última placa de larga duración y un pequeño destello de lo que iba a ser su sonido con el B3 EP, llega LLL con el peso de responderle a todas sus audiencias, porque Placebo tiene la suerte o la penitencia de ir acumulando con cada disco editado, nuevos seguidores, conformando así una base de fans multi racial, multi edad, multi exigente.
LLL viene breve pero directo, le conforman 10 tracks que abren con su homónima Loud Like Love, una pieza entusiasta, alegre, creyente del amoroso ruido de la entrega, una canción que sirve de alarma de despertador para asegurarte un buen ánimo. Desde aquí se anuncian los beats que nos regala la más reciente adquisición de la banda, el baterista Steve Forrest, que no bajan su potencia y alcanzan notoriedad en el puente del siguiente track: Scene of the Crime.
Con este segundo aliento, la fuerza de este disco te incrementa las ganas de que incluyan a tu país en las fechas de su tour. Placebo es una banda que si te atrapa en un álbum, en vivo te convierte en adicto. Pero hablamos ahora de lo impecable de su sonido de estudio y el trío no viene a defraudar, por el contrario, consolidan su sonido, se completan con dignidad y suman a su trayectoria un punto más de genialidad.
Algunos le llaman estancamiento, otros cliché, lugares comunes o “más de lo mismo”. Yo le digo estilo y si en algo se distinguen estos músicos es por su personalidad, una que ni siquiera otros se ha atrevido a imitar.
LLL trae de vuelta a esos fans que con Battle for The Sun les habían dado un respingo, consiente a los que les gusta el Placebo escandaloso con canciones como Rob The Bank y Purify, también a los que se sienten más empáticos con el Placebo suavecito y hasta sensual con composiciones del tipo de Exit Wounds o Hold on To Me y para resumir, a los apasionados, confundidos, perturbados, vengativos, torcidos, felices depresivos o pasivoagresivos, les proveé de un buen soundtrack para lamerse las heridas.
De esta esencia se impregna el disco con tres canciones que presumen a un Brian Molko que compone desde la madurez, desde lo profundo, con todo lo que eso arrastra: Begin The End, Bosco y A Million Little Pieces. Todas suenan a cicatrices, a lamentos y al orgullo de poder cantar sobre eso.
El violín, los arreglos electrónicos, los teclados y esa mancuerna mágica entre la guitarra de Brian y el bajo conciso, exacto e indispensable de Stefan Olsdal, no le quedan a deber a nadie, ¿quién puede quejarse de MásDeLoMismo cuando se trata de Placebo?
Yo no y aunque en A Million Little Pieces, Brian Molko, metafórica o literalmente, se confiesa ausente de su chispa al componer canciones, Loud Like Love no sólo cumple; responde, reta y hace sucumbir. Placebo suena a Placebo y nadie puede culparlos de su capacidad para llevarte en un sube y baja de emociones de la felicidad a la devastación, del contento a la amargura, de la plenitud al vacío, nadie.
Tracklist:
- Loud Like Love
- Scene Of The Crime
- Too Many Friends
- Hold On To Me
- Rob The Bank
- A Million Little Pieces
- Exit Wounds
- Purify
- Begin The End
- Bosco

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