Por Karina Coss

Íntimo y modesto fue el concierto que Eyes Set to Kill ofreció en el Multiforo Alicia de la Ciudad de México ayer por la noche; el encuentro entre los hardcoreros originarios de Arizona y sus seguidores defeños transcurrió con paradójica calma pero eso sí, con entregado disfrute.
No se extrañaron las largas filas para entrar a un recinto alternativo que te recibe con la atmósfera colorida-oscura de lo garage y lo covachero. Desde la apertura de puertas a las 8 de la noche comenzó el viernes de guitarrazos, slam y gritos guturales con dos bandas de soporte: After The Night Fall y Allura. Los primeros, mexicanos con influencias muy influencias de BFMV y los segundos, unos rubios gigantes metalerosos originarios de Los Ángeles.
Fue por ahí de las 10 de la noche cuando las mismas Alexia y Annisa Rodriguez (guitarra y bajo), salieron a ajustar los detalles de sus instrumentos, de diferentes lugares salieron los gritos de bienvenida y los «aylovius» de uno que otro animado.
Desde ese momento se desencadenó una fluida presentación que se extendió apenas por 60 minutos, tiempo justo para repasar la trayectoria de una banda que aun con su maratónica lista de cambios en la alineación mantiene la escencia que le inyectan sus líderes, las serias, concentradas y despeinadas hermanas Rodríguez.
Del setlist se destacó Reach, su clásico e inconfundible Darling, la coreada Liar in the Glass, la agridulce Ticking Bobms y la masoquista Broken Frames, pieza que le puso el cierre a su presentación en el DF, una de las cuatro fechas que conformaron la gira por nuestro país (también agendaron noches para Aguascalientes, Guadalajara y Puerto Vallarta).
Caleb Clifton el baterista y Cisko Miranda quien le pone la voz y el toque screamo a la banda, se unieron al final del show a la despedida que incluyó a un par de asistentes saltando al escenario y enseñando el dedo grosero a todos los que nos quedamos abajo.
Dio tiempo para que en el pasillo de entrada del Multiforo Alicia algunos compraran arte hecho por las chicas o playeras con diseños propios de los ESTK, también muchos pudieron tomarse la foto con Anissa, quien fue la primera que bajó a saludar y firmar los boletos cortados de los que se le aglutinaron hasta sacarla a la calle y regresarla entre empujones al recinto que no tardó en mandar a uno de sus empleados a echar agua en la banqueta y barrer como una cordial invitación para que todos se fueran a casa.

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